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1 may 2013

No eres la talla de tu sujetador ni eres la anchura de tu cintura. No eres el color de tu pelo , el color de tu piel o el color de tu lápiz de labios. No te defines por la cantidad de atención que obtienes de los hombres o de las mujeres. No eres la foto de perfil que tienes, ni los me gustan que puedas obtener. No eres ese diminuto vestido rojo, ni la camiseta q muestra tu ombligo.No eres el piercing, ni el aro que puedas tener. Eres las cosas con las que sonríes y las palabras que dices. Eres hermosa no por la forma de tu cuerpo, sino por la calidad de persona que eres.

-¿Por que eres así?
~ No lo se.
-Yo si...
~Haber...¿Por que crees que soy así?
-Por que tienes miedo a que el te rechace...
~ Te equivocas.
-¿Entonces?... 
~Tengo miedo a que me acepte solo temporalmente, que solo sea su chica por una o dos semanas.Tengo miedo a quererlo, por que eso haría que sufriera más. Me da pánico que después de esto me diga que quiere que seamos amigos.
-¿ Y que tiene eso de malo? 
~¿De malo? nada, pero de bueno tampoco. ¿ Como estar cerca de la persona que te eriza la piel?¿Como me guardo mis impulsos para no besarle?¿ Como hago que mis labios callen los te quiero que me salen para él?...
-¡Pues no lo dices y punto! por lo menos lo tienes cerca.
~¿Si? ¿Por lo menos?. Tu no sabes lo mal que lo pasaría....
-¡Joder que paranoia!
~No te digo que este enamorada, por que no lo estoy. Tampoco te voy a decir que lo quiero como nunca quise a nadie, por que te mentiría, es tontería que te diga que sin él no vivo. Pero te puedo asegurar que cuando lo veo conectado me pongo nerviosa.
- Lo de ponerte nerviosa... es un poquito exagerado¿ no crees?
~Puede que tu lo veas así, y que mucha gente opinen igual. Pero es lo que me pasa y no lo puedo remediar.
-¿Te gusta mucho, Verdad?
~ Me encanta.


Y te juro que duele, que duele más de lo que nunca puedas imaginarte, que quema por dentro y arde hasta llegar al pecho y anudarse a cada vía de escape que busca la sangre. Arde y se ensaña con tus pulmones, te impide respirar y parece mofarse del deseo de felicidad que ansían tus pupilas, que tu voz necesita plasmar. Sonríes sin ganas, tragas con sabor a sangre, el estímago te aprieta y tú solo puedes apretar la mandíbula y aparentar